En la final de salto de longitud del Mundial de Tokio, el atleta norteamericano Mike Powell realizó un salto prodigioso que le llevó a establecer el récord del mundo más longevo de la historia. Los 8′95 metros conseguidos por Powell permanecen como la mejor marca de la especialidad desde el año 1991. Fue una final de salto mítica contra otro atleta de leyenda, Carl Lewis.